De la alegría a la decepción van sólo siete días. En La Cerámica, el proyecto de Xavi parecía contar con ese toque de fortuna que, tantas veces, marca la diferencia entre el triunfo y la derrota. Ahora, tras caer ante el Betis en el Camp Nou, su primer gran tropiezo, no duda en recalcar que se siente orgulloso de la actitud de los suyos e, incluso, bromea con el hipotético final de su buena estrella.
«Lo hemos intentado, nos hemos dejado la piel y no hemos merecido perder, sinceramente. Entonces, se ha acabado la flor y se ha acabado todo ya, ¿no?», señaló con ironía y rematando la frase con una carcajada. «Esto es fútbol. Yo me voy orgulloso, falta ajustar cosas y el partido se ha escapado por un error nuestro. Era un encuentro crucial, ante un rival directo y es un paso atrás, pero hay que seguir y cambiar el chip, porque el miércoles tenemos una final. No hay otra», recalcó.
«Así como el día del Villarreal fui honesto y dije que cuando peor estábamos, marcamos, esta vez ha sido al revés. Nos cuesta marcar y hay que mejorar muchas cosas, pero, desde mi posición, era un partido para ganarlo y, al final, lo hemos perdido. Hay que aceptarlo. Todo ha sido por un error nuestro y ese gol me duele, porque lo habíamos trabajado», insistió. «El culé se tiene que ir a casa orgulloso. Estamos tristes, enfadados, porque el equipo ha merecido mucho más, pero siempre hay resultados injustos, esa es la grandeza del fútbol», arengó un Xavi que insistió sin dudar en ese concepto: «Nos llevamos una derrota muy injusta».