El recobrado olfato del gabonés, que ya suma siete tantos, y su calidad en punta explican en gran parte los 24 goles que ha anotado el equipo azulgrana en la Liga desde su llegada al club.
Muy pocas veces un fichaje en el mercado de invierno ha dado un rendimiento tan espectacular como el que está ofreciendo Pierre-Emerick Aubameyang en el Barça. El gabonés, que llegó al Camp Nou en el pasado mercado de invierno tras abandonar el Arsenal casi por la puerta de atrás, por su abierto enfrentamiento con su técnico, Mikel Arteta, ha recobrado su olfato goleador en el conjunto que entrena Xavi Hernández. En la Liga, ha marcado siete goles en siete partidos, con un equipo que ha sido capaz de anotar un total de 24 en la competición de la regularidad desde su llegada. O, lo que es lo mismo, alrededor de un 29,16% del total.
Y eso que, de hecho, Aubameyang se quedó sin marcar en tres de esos partidos. Ante el Atlético, en casa (4-2), y ante el Espanyol, a domicilio (2-2), no vio puerta. Frente al Valencia, en cambio, arrancó su gran racha sumando un afortunado hat trick en el triunfo por 1-4 de los azulgrana: su tercer tanto lo marcó después de desviar involuntariamente con la espalda un disparo de Pedri. Ante el Athletic, en una victoria barcelonista por 4-0, y ante Osasuna, en un duelo ganado por 0-4, vio puerta en sendas ocasiones, si bien se quedaría sin marcar en el enfrentamiento que hubo de por medio con el Elche (1-2). Y en el Bernabéu finalmente, en su primer clásico como barcelonista, acabó por sumar dos muescas más a su revólver en otro 0-4 para los suyos.
«UN REGALO CAÍDO DEL CIELO»
Pero Aubameyang no sólo está brillando por sus goles. Se trata de un jugador que sabe buscar muy bien los espacios y, además, tiene ese plus de calidad en punta que tanto llegaron a echar de menos los azulgrana en los primeros compases del campeonato. Como muestra, por ejemplo, el toque sutil con el que habilitó a Ferran Torres para que el ex delantero del City hiciera subir el momentáneo 0-3 en el marcador del Santiago Bernabéu. Y Xavi, desde luego, está más que encantado con él, por mucho que hace ya tiempo, cuando daba sus primeros pasos como técnico con el Al-Sadd, se preguntara abiertamente si sería capaz de adaptarse al estilo azulgrana, como sí lograron hacerlo Samuel Eto’o o Luis Suárez. Por ahora, desde luego, no hay duda de que está siendo así. «Es un regalo caído del cielo», ha llegado a asegurar el entrenador sobre el delantero.
Y el punta, que ha tenido que escuchar prácticamente de todo desde que se recrudeció su choque de trenes con Arteta en el Arsenal, también está celebrando a lo grande un regreso a la élite por el que muchos no parecían demasiado dispuestos a apostar hace tan sólo unos meses. «Hola de parte del jugador acabado», señaló el propio Aubameyang, en inglés, a través de sus redes sociales tras el incontestable triunfo del Barça en el Bernabéu. Para ilustrarlo, además, usó la imagen de la celebración de su segundo tanto ante el Real Madrid, en la que sujetaba con la mano izquierda una Bola de Dragón, regalo de un amigo, e imitaba el gesto de una de las técnicas del protagonista de este mismo anime japonés, un Son Goku por quien siente absoluta devoción.
El gusto de Aubameyang por Son Goku llega hasta tal punto que no sólo lo lleva dibujado en sus espinilleras, también lo luce en la parte alta de su pierna derecha, por medio de un tatuaje que, curiosamente, empezó a gestarse en Barcelona hace ya casi un año. Cuando, posiblemente, ni sospechaba que iba a poder emularlo para celebrar un gol marcado con el Barça en el Bernabéu.
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